El Amor es la posesión de la otra persona ... Sartre.
Esta nota no habla de los amores que se festejan en los catorces de febreros (aunque es pretexto para esta ocasión) este apunte breve habla de la envidia, de la distancia.
Los tiempos avanzan y todo mundo debe de tornarse comprensivo, abierto, tolerante, los tiempos ameritan ver la libertad del otro como algo natural, producto de hacer y respetar ese hacer del otro, ser moderno es ser asi. Pero ese sapo rojo encarcelado en el pecho no siempre lo cree, coludido con la mente el corazón siempre trata de asegurarse de que el otro y su distancia este a nuestro alcance.
Entre Santa y Santo pared de cal y canto
Cualquiera de nosotros siempre ha tratado de poner tierra de por medio ante situaciones, meterle el pie a alguien para que ese alguien no haga reales todas las porquerías que imaginamos, “la mente se asegura” y el corazón pendejo “alcahuetea”, el corazón es una fiera herida, sangrante y rencorosa, de mirada serena y dientes afilados, el corazón es un perro furioso.
Algunos pobres y algunos pobres fieles defienden el amor de Dios por sobretodo, pero ni siquiera Dios se escapa del amor y por añagaza de la posesión, su distancia que asegura su poder, Dios es ese gran violador de sus propias leyes, un burócrata que juega a los naipes tras el mostrador mientras los pobres esperan que se les atienda.
Dios está podrido en dinero...
Dios está podrido en dinero,
dice en voz baja un comerciante del pueblo.
En sus eternos ratos libres, se entretiene devorando
la imaginación de quienes no tienen para comer.
¿Quiere retratar al Todopoderoso?
Meta su cámara en la boca de un pobre.
Francisco Hernández
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