martes, 19 de abril de 2016

PAUSA Y SØL por Hugo Ortega Vázquez

 PAUSA.
Se derrite el tibio cielo
sobre tus ojos.
De visita en tu mirada,
el sol se desnuda
y se entrega a tus pupilas.
Dos brillantes les obsequia.
Y después se marcha
a soñar contigo sobre el horizonte.

Marina Gonzales Cornejo.


En – sueño.
El astro comienza a descender cuando te sueña
Y te sueño
Manos de centella abrazadora
se desvían con exactitud hacia tu cuerpo
Insistentes
como mis dedos en la ceguera
del unicornio que asoma su cuerno
en los bosques de mi vientre.
Giras en tu lecho
y el lenguaje de tu piel comienza a descifrase
sobre sábanas que absorben cristalinos deseos
en este hemisferio paralelo que se oculta.
Escondido vapor de incógnitas.
De parafina tu lengua
fina tu dermis teñida de incendios
fina fragancia en la hoguera de los tactos
del ocaso
A soñar contigo sobre el horizonte…
para dibujarte un nuevo cielo
con el pincel de tus cabellos finos
que se aferran al declive del tiempo
Cópulas delineadas
en el lienzo de la bóveda celeste
oleajes de oro
acuarelas de esmeralda fundidas
y los diamantes negros obsequiados
en tus ojos
Atardecer inacabado de rostro azul
ojo de cíclope
mirada dilatada que te envuelve
en su párpado de floripondio azafranado.
Duermes entre cenizas de jadeos tuyos
Y te esparces como hollín
y aceleras el crepúsculo
entre las brasas de jadeos míos.


Fémina color del humo
sueño que palpitas
mojada en mis labios
Y a esa hora en la que todo se contempla,
a esta hora,
aves marinas emergen de entre tus muslos
con historias bañadas de secretos.
Confidencias que pensabas olvidadas.
Historias frías que comienzan a existir
en el pico de los pelícanos
volando sobre tus senos de oro derretido
Mitos que terminan como llama cuando el sol
eyacula
sobre la marea del océano apacible.
Ignora lo sagrado,
ignora por ahora las ciudades
la falsedad en los rostros que se pudren
en tabernas y monasterios
ignora el dios falso que custodia las palpitaciones
de tus yemas enrojecidas.
Y tu clítoris que se expande
No lo olvides.
Siente
Impregna quedamente la dulzura de su néctar
en tus huellas dactilares
en los palmos del sol
con los que ilumina el alba del siguiente día
y así hasta que mueras de nuevo sobre la almohada
porque eres mi sueño
la herida con la que el sol duerme
eres el pretexto por el que nace
y también se oculta
y me oculto para mas no mirarte.



Hugo Ortega Escritor de poesía y cuentos cortos. Ha participado en tres antologías "Lascivo" "Sobrevivientes" "Narrativas arrabaleras"
Ha publicado en la gaceta de la universidad obrera. Pertenece al colectivo "Laberinto de palabras" donde a la fecha imparte un taller de creación literaria en la casa de cultura "Casa refugio Hankili África". Se gana la vida en el comercio informal en el barrio bravo de tepito.
Encuéntrelo en Fb como: Hugo Ortega Vazquez.



   


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