viernes, 1 de julio de 2016

Anømalisa - Un análisis interpretativo

Por Sibyá Cipsela


<<…They talk, they yell in that other voice
They flirt and whisper too
I'd love them if I had the choice
But none of them is you…>>

Fragmento de “None of them are you”
de Carter Burwell para este film.

Sugerencia:
Si no ha visto esta película, amable lector, le insto encarecidamente a que lo haga y pueda comparar su punto de vista con el de quien estas líneas escribe.
Advertencia:
Detenga aquí su lectura y pase al siguiente artículo si no ha visto este film y odia los spoilers, si le da igual, continúe.
Una vez más Charly Kauman deja boquiabierto al público con su última obra cinematográfica, la cual dirige al lado del animador Duke Johnson, además de haber escrito el guión. Si bien es cierto que ya
sabemos a qué atenernos con este guionista, - conflictos existenciales, patologías psicológicas/ psiquiátricas, retratos del absurdismo de la cotidianidad, situaciones un tanto kafkianas y una buena cantidad
de simbolismos-, Anomalisa no intenta evitar ni un poco dejar perplejo al espectador desafiando normas lógicas y paradigmas, llegando incluso al punto de ser un tanto incómoda. Lo que parece ser una historia de amor común con futuro incierto, se va desenvolviendo mostrando resquicios y pequeñas semillas de posibilidades que se implantan en la duda mientras uno está enfrentándose al filme, luego dichas semillas crecen en un posterior intento de asimilación y la curiosidad será la encargada de desvelar el misterio si buscamos un poco más profundo en las brumas de la mente humana.

Aquí algunas guías:

La muñeca geisha. 
Con el aspecto melancólico
que portan todas las geishas, esta estatuilla macabra
de primera vista, resquebrajada y con partes faltantes,
además de una rotura importante en la parte
superior del ojo derecho; presumiblemente se trata
de un juguete sexual antiguo. El protagonista Michael
Stone, no deja de notar su belleza y después no se
sabe más de ella. La elipsis nos lleva directo al hotel
donde Michael se hospeda.

El hotel. 
“The Fregoli”, ese es el nombre que ostenta
el hotel en el que se hospeda Michael y no es por
accidente. Fregoli delusion o Síndrome de Fregoli es
un desorden neuropsiquiátrico poco común. Quien lo
padece cree ver a una persona o a varias en otras
que no son. Se puede llegar a mentalmente sobreponer
a alguien conocido, al padre por ejemplo, en
alguien desconocido. Incluso se puede llegar a creer
que todos son la misma persona. Esta es una de las
claves para desvelar muchos por qués y que el filme
no pase como una sarta de disparates.

La misma cara y las mismas voces. 
Estos factores vienen a reforzar la idea anterior, aunque si
uno no sabe nada del síndrome de Fregoli, aún podría
llegar a inferir que el protagonista distorsiona la
realidad y que el modo en que la vida transcurre para
él, rodeado siempre por la misma persona y conversando
siempre con la misma voz, resulta incluso
poéticamente trágico.

El espejo del baño. 
Es justo en esta escena
donde la patología de Michael comienza a mostrarse,
mientras después de una ducha se mira al espejo,
nota que su cara tiene algo raro, que se desarticula y
hace movimientos y sonidos involuntarios; como si su
rostro estuviera ajustándose, como si él mismo se
estuviese convirtiendo en una especie de títere,
cuando de pronto se escucha una voz femenina por
primera vez en el film. El desajuste facial se detiene.
La reacción sorpresiva de Michael, denota el aislamiento
y soledad en que está sumido el personaje.

Lisa. 
A este personaje torpe, sin más cualidades
que la de una voz y un rostro auténticos (no el mismo
que todas las personas en este micro-universo
tienen), de primera impresión solo la vemos como el
rayo de esperanza que nuestro protagonista y la
historia necesitan para desarrollarse, pero después,
caben las dudas… ¿Lisa existe? ¿Por qué el encanto
se acaba en una sola noche? ¿Es Lisa una representación
de otra cosa? ¿Es coincidencia que Lisa tenga
una cicatriz en el mismo lugar que la muñeca Geisha?
¿O que tenga unos rayos rojos disimulados en el
cabello como la muñeca? ¿O que declare que “obviamente,
le gusta el idioma japonés”?
Las respuestas a éstas y otras preguntas emergentes
apuntan a que posiblemente Lisa sea un producto de
la imaginación de Michael, un alter imaginario que él
crea a partir de la imagen de la Geisha y una personalidad
de mujer débil y con una pobre opinión de ella
misma. Alguien que se regalaría sin reservas y que al
igual que él tuviera una enorme necesidad de contacto
físico- emocional. Al final resulta que Michael
había adquirido la geisha, y que al llegar a casa tiene
rastros de semen, con lo que es evidente que el
supuesto amorío con Lisa, en realidad fue imaginario
aunque físicamente consumado con la muñeca que
disparó una serie de alucinaciones en la frágil mente
de Michael.

El n del encanto. 
¿Por qué Lisa pierde la voz?
Al estar desayunando los huevos revueltos se
asoman por su boca, tal y como sucedería si a un
títere lo hicieras masticar. Michael no puede sostener
su propia ilusión y Lisa pasa a ser parte del continuo
monótono y univociferante, rompiéndolo por entero.
Todo se desmorona y Michael se abandona al desastre.
Ha sido derrotado. Y derrotado regresa a casa.



Éstas por supuesto, son interpretaciones personales, usted, amable lector puede tener otras y de ser así, lo más enriquecedor sería que las compartiera. Por lo demás el filme es bellísimo ya que se atreve a sacar de su casilla temática a la animación stop motion (que por cierto técnicamente es excelsa) y hace una especie de oxímoron al proponer situaciones tan humanas caracterizadas en pequeños títeres de animación.





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